Lyle Rexer
Aunque no nos moviéramos de un punto determinado durante 30 horas y sencillamente nos dedicáramos a observar, sin cerrar nunca los ojos, no lograríamos capturar toda la riqueza de detalles y emociones que evocan las panorámicas de Stephen Wilkes. No solo toma más de 1.500 exposiciones desde un ángulo fijo, sino que posteriormente sintetiza esta información visual en su estudio, donde compone con minuciosidad las fotografías seleccionadas en una única panorámica.Day to Night, un libro que invita a hojearlo una y otra vez, presenta 60 de estas panorámicas ultraépicas creadas entre 2009 y 2022, tomadas en lugares muy dispares: del Serengueti africano a la Laguna Azul de Islandia y del Gran Cañón a Coney Island, pasando por Trafalgar Square y el Times Square. Cada imagen es una obra de amor y paciencia. Wilkes tuvo que esperar más de dos años para obtener el permiso para fotografiar al papa Francisco celebrando la misa de Pascua en el Vaticano, y el resultado fue un cuadro vívido en el que el pontífice aparece 10 veces.El libro también recoge detalles extraordinarios: obras de arte por derecho propio que resaltan las historias contenidas en cada imagen. Una novia avanza por Central Park; en Tanzania, las cebras se reúnen alrededor de un pozo de agua casi invisible durante una sequía; en Río de Janeiro, los surfista van y vienen mientras un hombre sostiene un cartel en el que se lee: No más de dos preguntas por cliente. Son precisamente estas pequeñas historias, estos detalles, los que captan la atención de la gente, dice Wilkes. Una vez descubiertas, estas mininarraciones dotan a cada composición de un carácter natural y personal.Esta colección nos transporta a los lugares más emblemáticos del mundo en un viaje sin interrupciones desde el amanecer hasta el anochecer, y permite descubrir las fluctuaciones únicas de maravillas naturales y humanas desde una perspectiva absolutamente novedosa.